miércoles, 5 de mayo de 2010

capitulo 12



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Simón y Rama se han hecho buenos amigos. Se la pasan juntos pero la cosa queda ahí. Les gusta hablar, pasear pero ninguno de los dos habla de nada más. Están de visita en el pueblo. Un pequeño pueblo de montaña que hace la delicia de los amigos.
--¿no encuentras que estos pueblos tienen algo especial? --Rama.
--si, es como si viajaras en el pasado.
Se hacen fotos mutuamente. Unen sus cabezas y Rama hace unas fotos de los dos.
--así tendremos un recuerdo.
Simón no dice nada, sólo sonríe. A Rama le embriaga el aliento de Simón . Le gusta mucho el chico. No sabe si él quiero algo más con él. Le han impresionado sus ojos tristes. Prefiere no pensar y dejarse llevar. Ambos disfrutan de su compañía y del paisaje que los rodea.
--guau... --Rama.
--Es impresionante.
Están en medio de la naturaleza. Impresionantes cascadas.
--Nunca había visto nada igual --Simón .
A Rama le gusta compartir ese momento con Simón . Lo mira a los ojos. Se ahoga en ellos. El chico es increíblemente guapo. Uno de los chicos más guapos que conoce.
--¡ojalá sea gay¡ --piensa para sí Rama.
Le gustaría animarse e invitarlo a su cama pero no se anima. Teme estropear la bonita amistad que ha nacido entre ellos.
--¿nos vemos mañana? --pregunta Simón al final del día.
--Si claro...
Rama se queda algo triste. Cada noche espera que Simón le haga una proposición, aferrarse a algo para pasar la noche con él pero no. Simón no piensa en nada. Quiere curar sus heridas pero en lo que piensa es en estar con un hombre aunque Rama le gusta, está bien a su lado.

Al día siguiente, caminan por la sierra nevada. Rama resbala y cae de culo. Simón se le ríe. Rama lo mira regañón. Muy dulce y sonriente Simón extiende la mano a su amigo para que se levanta pero, a traición, Rama lo empuja a Simón que cae sobre él. Simón se deja llevar y besa a Rama en los labios. Es un beso suave pero como Rama no se opone se besan apasionadamente. Los dos se miran jadean.
--¿vamos a mi hotel? --jadea Rama.
Simón se deja llevar. Frente a la cama de la habitación de Rama se besan ardientemente.
--que ganas tenía --jadea Rama mientras lo va desnudando.
Caen los dos desnudos en la cama. Gozando el uno del cuerpo del otro.
--No te imaginas los días que hace que no jodo...
Simón se entristece. Él lleva meses. De pronto pasa por su mente la imagen de Emilio y Tacho desnudos en la cama. Se para en seco.
--Lo siento... No puedo.
Rama se ha quedado casi en shock.
--¿como que no?
Simón busca su ropa señala a Simón cito:
--¿es que no ves que no puedo?
Rama está muy sofocado. Le tiene muchas ganas a Simón . Trata de seducirlo:
--Si eres pasivo no pasa nada... A mi me da igual... --jadea.
Simón no quiere volver a ser el de antes. No quiero volver a dejarse llevar por su cuerpo. A ir de cama en cama. Se empieza a vestir.
--Lo siento... pero es que esto no es lo que busco...
Desnudo en la cama Rama le suplica:
--¡no puedes hacerme esto¡
Simón se va. Las heridas han cerrado pero le ha quedado una profunda cicatriz y prefiere estar sólo. Le ha gustado compartir esos días con Rama, le ha hecho sonreír. Pensar que tal vez más adelante pueda volver a enamorarse pero no es el día, no es el momento. No es el chico. Rama se ha quedado sofocado en la cama.
--¿y ahora que hago?
Le gusta mucho Simón pero está seguro que no volverá a verlo. Así es. Simón hace sus maletas. Pasará el resto de vacaciones en casa. Esperando el comienzo del curso.


El nuevo curso les trae una sorpresa no muy agradable a Emilio y a Simón . Les toca la misma clase. Emilio vuelve a ser el mismo de antes. Un chico amargado. Se sienta solo en clase. Nadie le dice nada. Es la clase de presentación. Simón tiene miedo de cómo se va a sentir con Emilio cerca. Emilio se ha sentado en un rincón de primera fila. Casi al lado del profesor. Además algo llama la atención de Simón. En la fila de detrás, un joven rubio. Muy guapo, con bastones.
--alguien me tendría que acercar una silla para poner la pierna...
Simón no lo duda. Se acerca a él. La llama del amor se prende en los corazones de los dos. Emilio los contempla a la distancia. Eso aumenta su dolor. Su amargura. Simón ha quedado encantado de su nuevo compañero de clase. Lo ve de pie. Lo ayuda a sentarse. Sus pantalones ceñidos esconden un cuerpo escultural. A Simón le gusta. Además su voz, es una melodía para sus oídos. Los dos se miran y se sonríen. Han quedado seducido el uno con el otro de una manera instantánea.
--Me llamo Thiago... ¿qué tal?
--Simon ...
Los dos encajan sus manos.
--¿eres nuevo?
Thiago hace que sí con la cabeza. Simón se apropia del sitio al lado del de Thiago. Señalando la pierna le pregunta:
--¿qué te pasó?
--La moto...
Hay varias firmas en la escayola.
--Puedo?
--si claro...
Al ir a firmar Simón se da cuenta que hay una de una chica ¡de amor¡ Eso es toda una bofeteda para Simón .
--¿tienes novia?
--si me dejó...
--vaya lo siento... --irónico.
--me encontró en la cama con su hermano... No le sentó bien...
los dos se miran picaros.
--espero que no pienses mal de mi... --divertido.
--no, no...
--¿y tú?
--salí con un chico... pero rompimos hace meses...
Los dos han hablando claro. Se gustan y están disponibles. Esa clase es sólo de presentación y es breve. Luego tienen todo el fin de semana por delante y ya el lunes es el comienzo oficial del curso. Simón se ofrece a ayudar a Thiago con su mochila.
--tranquilo... puedo solo...
En realidad lo que Simón quiere es alargar al máximo ese momento. Le gusta Thiago y no se imagina tener que esperar un largo fin de semana sin verlo. Después de meses de amargura, ahora que ha encontrado alguien que lo hace vibrar no lo quiere dejar escapar. Lo acompaña hacia la salida. Emilio ya ha quedado en el pasado, Emilio que los contempla con desolación. Ni Thiago ni Simón desean separarse.
--te invito a desayunar --Thiago.
--hecho...
Aunque se muestran tranquilos, por dentro los dos han enloquecido de alegría. La madre de Thiago lo pasa a buscar en el auto. Simón se monta con ellos. Thiago vive en las afueras de la ciudad, en una enorme y preciosa casa. Se quedan los dos solos en un enorme jardín de más de diez mil metros. Thiago presume de casa y de jardín pero aunque el lugar es idílico y Simón nunca había estado en una casa así tampoco le impresiona porque sólo tiene ojos para Thiago. El chico lo ha conquistado. Ambos se han conquistado.

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