miércoles, 5 de mayo de 2010

capitulo 1




Simón es uno de los chicos más populares y guapos de su curso, último de la secundaria. Casi todas las chican andan enamoradas de él.
--¡que desperdicio que sea maricon...¡ --van diciendo las chicas entre suspiros.
Simón se sabe guapo, deseado pero tampoco quiere que la gente esté con él por su físico, quiere que lo amen por él mismo. Además a Simón le gusta Emilio. Un chico de poca belleza, con gafas. Muy timido, Simón se ha dado cuenta que Emilio siente cosas por él, se pone muy nervioso cuando pasa, se le cae algo, tartamudea cuando habla...

Emilio es un chico solitario. Siente que todo el mundo lo discrimina por su fisico, que se ríen de él por su forma de caminar (camina encorbado y con los pies torcidos), porque se tropieza con facilidad. Eso lo ha hecho aislarse. Se siente solo en clase. Nunca va al recreo y entre clase y clase lee. Cuando pasa Simón mira de reojo. Es muy guapo, muy simpático y parece buena persona. Le gusta. Es el príncipe de sus sueños. Cuando lo conoció al principio de curso es que le pareció que había salido de sus fantasias. Siempre se imaginó un chico así entrando en su vida para sacarlo de su soledad, de su amargado.

Simón ya lo ha decidido. Le gusta Emilio. Sabe que muchos no lo van a entender, que incluso a lo mejor se van a reir de él pero le gusta Emilio. Le enternece, quiere ayudarlo. No le gusta verlo amargado. Está seguro que él lo puedo ayudar a cambiar, que juntos se pueden hacer feliz. Emilio está sacando un libro para leerlo aprovechando el recreo. Simón se le acerca a su mesa.
--¿que libro lees?
Al sentirlo tan cerca, Emilio casi se desmaya, se le cae el libro. Se agacha a recogerlo, Simón se agacha con él. Lo agarra y se lo da.
--Toma.
Emilio nunca había tenido a ese chico tan guapo cerca. Esos labios. Se da un golpe en la cabeza con la mesa. Simón se levanta con cariño. Se maldice así mismo por comportarse de esa manera delante del chico que le gusta.
--¡¡siempre hago lo mismo... así nunca voy a poder hablar con él¡ --dice para sí.
Emilio está convencido que es imposible que llegue a tener algo con ese chico, se conformaría con ser su amigo.
--pero sí siempre que me habla me asusto... ¡va a pensar que no me cae bien¡ --piensa Emilio.
Emilio está convencido que, como siempre, Simón se habrá ido al verlo tan asustado pero no. Se levanta y Simón sigue ahí. Sonriéndole. Simón ha decidido jugarse por ese chico. Se muestra dulce y tierno.
--¿te pasa algo conmigo?¿te hice algo?
Emilio va diciendo que no con la cabeza. Está tan nervioso, tan feliz que no le salen las palabras.
--entonces porque no te acercas a mí... ¿te molesta que sea gay?
Emilio está muy excitado:
--¡claro que no...¡
Lo dice bajo, no le gusta hablar de eso:
--tu sabes que yo también soy gay.
Simón le guiña el ojo seductor:
--sí, lo sabía.
Emilio está al borde de un infarto. Nunca tuvo a un chico tan varonil y tan guapo cerca. Simón habla con total naturalidad.
--venga... guarda el libro que te invito a tomar algo... No me gusta eso que estés siempre encerrado... el recreo es para distraerse, no para leer...
Es el propio Simón el que guarda el libro de Emilio. Lo mira con cariño. Mueve la cabeza ordenando que lo siga. Es tan guapo, tan varonil. El perfume de él tiene a Emilio embriagado. Es un sueño. Es su sueño. No puede ni quiere negarse. Van al bar de al lado del instituto.
--¿qué quieres tomar?
Emilio está muy nervioso. No es capaz de decir nada.
--Yo voy a tomar una cola... ¿te apetece?
Emilio en serio que quiere hablar pero no le salen las palabras. Unos chicos de otras mesas miran a la pareja sorprendido. Se ríen. Emilio se siente incómodo. Simón sonríe con cariño a Emilio.
--olvida a los demás... centrate en mi...
Emilio lo mira a los ojos y queda hechizado por su mirada, por su belleza. A su lado es tan fácil olvidarse del mundo. Emilio apenas habla, está muy nervioso. Simón es muy paciente con él, muy dulce. Emilio acaba logrando hablar. En realidad casi ni se le entiende lo que dice pero el que Simón no se ría de él, que lo escuche con atención es algo que anima mucho a Emilio. Se despiden en el aula. Simón lo mira con profundidad, con una infinita ternura que le roba el alma a Emilio. A Emilio le cuesta no gritar al mundo lo feliz que está, siente que es el primer día del resto de su vida. No le quiere dar más importancia de la que de entrada tiene: ha ido a tomar un refresco con un amigo pero Simón le gusta mucho y es tan fácil ilusionarse...
--No... es un príncipe... No puede fijarse en mi... --dice para sí suspirando enamorado.

Simón y Emilio no comparten las mismas asignaturas así que en algunos momentos están en aulas separadas. Simón está muy contento. Emilio le gusta mucho,
--estoy logrando que confíe en mi, que se me abra...

Al día siguiente, Emilio llega a clase muy contento. Está deseando volver a verlo.
--¿se me acercará otra vez?¿me invitará a tomar algo?
Son muchas las preguntas las que martillean su celebra. A penas ha dormido en toda la noche. Está muy ansioso pensando en él.

Durante las clases que comparten, Emilio no deja de mirar a Simón .
--¡es tan guapo¡ --murmura.
A veces Simón levanta la cabeza y, al encontrarse con Emilio, le sonríe. Emilio enrojece y agacha la cabeza pero luego al rato de nuevo está mirándolo.
--¡¡Emilio...¡ ¿¿que tanto miras a tu compañero Simón ? --reclama la profesora entre las burlas de los compañeros.
Emilio se muere de la vergüenza y no se atreve a volver a mirar. A Simón le sabe mal que Emilio haya pasado un mal rato por mirarlo. Le ha hecho gracia ese gesto de Emilio aunque le gustaría que en vez de mirarlo de lejos se acercara a él, lo tratara con naturalidad. Emilio no se atreve a mirar a nadie. Está seguro que Simón se ha enfadado y que no se va a acercar a él. Siente escalofríos en todo el cuerpo a ver que se acerca.
--¡no puede ser¡ ¡¡no puede ser¡
Emilio está tan nervioso que siente que el corazón le va a salir de la garganta. Simón le sonríe.
--Si hubieras venido a sentarte conmigo no haría falta que me mirases y no te habrían llamado la atención --le dice con cariño.
Emilio no da crédito a lo que oye:
--¿me puedo sentar contigo?
Simón le sonríe con ternura:
--claro. atrás hay sitios... Nos podemos acomodar...
Emilio aún no ha asumido eso cuando Simón le dice:
--¿te apetece ir a dar una vuelta conmigo esta tarde?
Para Emilio todo lo que le está pasando es un sueño. Sabe que el chico es gay y no sabe en qué términos quiere salir con él.
--él tan guapo y yo tan feo... ¡no le puedo gustar¡ --va diciendo para sí.
Emilio ha enmudecido de la emoción.
--quedamos en el parque a las 5...? --Simón .
Emilio sólo es capaz de decir que sí con la cabeza. Simón le guiña el ojo:
--pues nos vemos...
Emilio casi desvanece de la emoción. Está pálido. No puede creerse que vaya a salir con Simón . El chico se gira y le hace gracia ver a Emilio casi en estado de shock. Emilio ni se ha dado cuenta de nada de lo nervioso que está. Simón se acerca de la clase con una sonrisa de enamorado. Otro chico, atractivo, pinta de macarra.
--¿que pasa primo?
--eh primo... No te había visto... --dice Simón al abrazarlo.
--Si, ya me he dado cuenta... ¿qué te pasa con el feo eso?¿que haces con el deforme?
--Se llama Emilio --le reclama-- No me gusta que te metas con él, Tacho, no te ha hecho nada.
Tacho mira a su primo sorprendido.
--bueno... pues perdona... --dice con burla.
Tacho le sonríe seductor:
--Salimos esta noche. Tengo un plan que no me vas a poder rechazar... Unas cervezas, sexo en la playa... ¿a que no se te ocurre nada mejor?
Simón va caminando por el pasillo.
--No puedo... he quedado con Emilio... Vamos a salir...
Tacho se planta delante de él. Lo para.
--¿¿Prefieres salir con eso a acostarte conmigo?
--Si, así es... --dice Simón con una sonrisa.
Tacho pone el brazo en stop para que su primo no pueda caminar:
-¿qué te pasa?¿estás drogado? --Tacho sonriendo.
Simón sonríe y dice:
--Si, más o menos... drogado de amor...
Tacho se ha quedado perplejo, Simón se aleja de él divertido.

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