miércoles, 5 de mayo de 2010
capitulo 14
Simón llega en el auto de su padre hasta la casa de Thiago. Éste lo está esperando ya muy sonriente y con un ramo de nueve rosas. A Simón le sorprende que le regalen flores pero le gusta.
--¿son para mí?
--sí, una por cada hora que hace que nos conocemos... 9 --dice Thiago
--eres increíble... nunca había conocido a nadie tan especial como tú...
--¿y eso es bueno? --Thiago con una sonrisa traviesa.
--¿tú qué crees? --Simón con voz de enamorado.
--No me has besado... --dice Thiago pícaro.
Simón le da un beso en los labios.
--¿y ahora?
--creo que necesitas que te enseñen a besar --dice con ironía.
Simón hace como si estuviera enojado y se lanzan uno sobre el otro. Thiago lo acompaña hasta la habitación.
--¿puedes subir bien las escaleras?
--si, tranquilo...
Thiago presume de habitación. Es doble, dormitorio y estudio comunicado por una puerta. Todo insonorizado, con equipo de música, cine, computadora...
--si no te falta de nada --dice Simón
Thiago se tumba en la cama. Sonríe.
--¿te gusta mi habitación?
Simón lo mira con ternura:
--más me gustas tú...
Se miran con cariño, con emoción. Simòn deja sus rosas sobre una estantería. Ese detalle de las rosas le convence de que Thiago es alguien especial.
--Me ha gustado el detalle de las rosas...
--si he pensando... porque solo son las minas las que pueden recibir rosas...
--ven... túmbate a mi lado... No te voy a hacer nada...
Simón lo mira con cara de depravado:
--pero yo sí.
Encerrados en la habitación se besan y hablan sin parar. Carlota los interrumpe a las tres horas.
--¡niño, la cena está lista¡
Cenan los dos solos en la glorieta.
--que romántico eres --dice Simón emocionado.
Thiago le guiña el ojo y le besa la mano caballerosamente. No falta detalle en la mesa. Es una cena de gala. Elegante mantelería, las mejores copas de cristal de bohemia, la plata, candelabros con siglos de historia y cada uno con una vela roja encendida. Todo eso acompañado de la cálida mirada de Thiago y de la sonrisa enamorada de Simón . Thiago lo acaricia dulcemente con su voz y con sus manos. De fondo música de violines (de un cd) y sobre ellos una luna llena inmensa de testigo. Es un momento idílico para los dos. Thiago descorcha una botella de champán.
--Es francés del mejor... --dice llenando las dos copas ante la atenta mirada de Simón .
Se miran y se hablan dulcemente:
--¿porque brindamos?
--por un feliz futuro juntos...
Suspiran. Se miran enamorados. Brindan con las copas entrelazadas. Luego se besan. Carlota los observa de lejos.
--¡nunca había visto a mi niño tan feliz¡ ¡¡cuánto amor se respira¡
La mujer está emocionada. Ella es la que les sirve la cena.
--espero que la cena sea de vuestro agrado y que no desluzca tanta belleza... --dice Carlota mirando con complicidad a Thiago.
Simón le guiña el ojo a Simón que responde con una sonrisa. Ambos disfrutan mucho de la cena. Thiago es el primero en dar de comer a Simón . Luego se van metiendo ora uno ora el otro la cuchara en la boca del otro. Comen mientras se miran, mientras sonríen y después de los postres. Un regalo.
--¿para mí?
Thiago hace que sí con la cabeza. Simón está ilusionado. Nadie se había desvivido por él de esa manera.
--No tenías que haberte molestado... Yo no te he traído nada...
--Tu compañía ya es un regalo para mí...
Los dos se miran muy enamorados. A Simón le gusta mucho su regalo.
--¡che que bárbaro... lo último de los teenangels...¡ estaba ahorrando para comprármelo...
Thiago es feliz desviviéndose por Simòn, demostrándole lo importante que es para él haberlo conocido.
--pues ya no te lo tienes que comprar... es tuyo...
Simón está emocionado. Regala a Thiago un fuerte abrazo.
--es que no sé que decir --balbucea.
Thiago le responde con una seductora sonrisa. A Simón le mata esa sonrisa.
--¿bailamos?
Simón se deja llevar por la magia de la mirada de Thiago. Ya les han retirado la cena. Los bastones de Thiago están en el piso. Se apoya en Thiago. No hablan para la mirada y la sonrisa del uno se clava dulcemente en el otro. Se miran suavemente. A veces se susurran cosas al oído. A los dos les excita estar tocándose. Sentirse tan cerca. Es un momento maravilloso lleno de romanticismo. Entra otro chico en escena que con sarcasmo dice.
--¿qué Thiaguin tratando de impresionar a otro chico para llevártelo a la cama?
Thiago quería que esa noche fuera perfecta. Agacha la mirada avergonzado. Simón se ha quedado desconcertado. Burlón el recién llegado dice:
--así que tú eres el nuevo amiguito de mi hermano... Bueno... yo estoy acostumbrado... veo cada desfile... espero que no te hagas ilusiones, te dejará después de joder...
El chico se va alejando riendo mientras dice:
--La que montan estos maricones total para joder...
Simón está muy molesto. Furioso. Fulmina con la mirada a Thiago. Se siente decepcionado.
--¿¿qué significa esto?¡
--No le hagas caso... es un imbécil...
Thiago está angustiado. Preocupado. Simón se muestra a la defensiva.
--Ya te dejé muy claro lo que quiero... No pienso ser uno más de los amiguitos que metes en tu cama... Tu familia estará muy acostumbrado a esto pero no es lo que yo quiero...
Simón le habla con dureza. Quiere irse aunque no lo hace porque Thiago no tiene los bastones, está entre sus brazos. Le suplica.
--te juro que no fueron tantos y que con ninguno hice las cosas que contigo, que ninguno me interesó como tú...
La ternura de Thiago le desgarra el alma pero teme sufrir de nuevo:
--No sé si creerte.
Thiago nunca se había sentido tan feliz. Aunque recién se conocen siempre que es el compañero de su alma. Le duele que todo se rompa. No sabe qué decir. Se le escapa una lágrima. Simón le acaricia esa lágrima sorprendido y conmovido.
--No quiero que llores por mí --le susurra.
--Pues no le hagas caso a mi hermano..., te juro que exageró... No busco sexo... Si es por mí vamos a envejecer juntos -balbucea sollozando.
Simón acaricia tiernamente al chico y le dice:
--Yo no le hago caso a tu hermano si tú tampoco se lo haces...
Se sonríen y se besan. Entonces Thiago se queja de que le duele la pierna. Ya no puede estar más tiempo de pie. Simòn para la música. Lo abraza y lo ayuda a sentarse. Tomados de la mano, el uno al lado del otro. Thiago se desahogando diciendo todo y nada bueno de su hermano.
--Por suerte se casa el mes que viene... tengo unas ganas de librarme de él...
Simón mira a Thiago. Lo adora, se le está metiendo muy a dentro. Empieza a refrescar pero el uno calienta al otro con caricias y besos. Simón va a buscar una tumbona para que Thiago esté más cómodo estirado. Se quedan los dos tumbados por horas bien juntitos. Mirándose. Embriagándose el uno del otro. Endulzándose con miradas, palabras, besos...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario