miércoles, 5 de mayo de 2010

Capitulo 20




Thiago aún tiene una sorpresa más para Simón .
--Este es mi regalo por nuestro mesaniversario...
Simón está emocionado:
--pero esto se avisa... te habría traído mi regalo...
Thiago es feliz con la sonrisa de Simón . No le preocupa nada más. Simón abre su regalo nervioso. Se queda impresionado. Es un colgante de oro en forma de corazón,
--¿cómo gastaste tanto? No puedo aceptarlo.
Simón no le escucha. Su padre le deja gastar todo lo que quiere. El dinero no es un problema para él.
--Este simboliza el mío que te entrego yo... así que no me lo puedes rechazar...
Son palabras de Thiago llenas de emoción y que Simón las recibe con la misma emoción. Es el propio Thiago el que le coloca a Simón el colgante en el cuello. Como no tiene nada que regalarle, Simón se saca el que llega. Uno con la letra S.
--No vale nada en plata pero sí en sentimientos... me lo regaló mi abuela de chico... le juré cuando murió que no me lo sacaría... ahora es tuyo...
Simón balbucea lloroso. Thiago no esperaba ese gesto y se emociona cuando Simón se lo pone del cuello. Se miran enamorados. Llorosos y se besan con amor ardiente. Thiago aún tiene algo más que ha traído. Una navaja. Se hace un corte en la palma de la mano. Su cara de dolor asusta a Simón :
--pero qué haces?
Con la mano sangrando, Thiago entrega la navaja a Simón :
--la unión de nuestras sangres es la unión tuya y mía por toda la eternidad...
Los dos se miran complacidos. Simón agarra la navaja y se corta la mano. Unifican sus manos, sus sangres.
--Para siempre... --susurra Thiago enamorado.
--para siempre --balbucea con la voz rota Simón .
Ha sido un poco doloroso pero si amor hace que se les olvide. Y entonces se desencadenan las pasiones. Thiago está sentado y Simón se arrodilla ante él. Su trasero en la cara de Thiago que se lo acaricia como un loco. Los dos gimen, jadean, se estremecen de deseo. Deseaban tanto ese momento...




Thiago le levanta el jersey a Simón , lo abraza. Juega con el vello, con sus pezones. Luego baja bajando los jeans del chico mientras le besa y le acaricia los calzoncillos. Con una mano Thiago va resiguiendo la parte central de las nalgas mientras que con la otra pellizca uno de los pezones de Simón que se retuerce de placer. Con cuidado de no destruir la cabaña de fuego que arde sobre sus cabezas, Simón se pone cara a él. Se saca los zapatos, los jeans quedando ante su amando en boxers. Sensualmente Thiago acaricia el sexo ya muy crecido de Simón que goza intensamente del momento. Es el propio Thiago quien desnuda a Simón y entonces se lanza enloquecido contra los genitales de este que chupa y muerde con inmenso placer. Se introduce el arma de Simón hasta bien dentro de su garganta. Simón siente que no va a aguantar, que todo su cuerpo va a explotar. Thiago está tan sediento de Simón como Simón de él. La pasión de uno está apunto de derivar al otro. Simón aparta a Thiago de él y ahora es su turno. Simón acaricia ese cuerpo que tanto le gustaba, con el que ha soñaba, que desea descubrir.. Lo acaricia ebrio de placer. Lo acaricia sin perderse detalle. Le va desabrochando la camisa mientras chupa y acaricia su tierno pecho, sus pezones, el vientre, el ombligo... con locura le arranca el cinturón, le desabrocha y baja los pantalones y tiene ante sus ojos ese apetito paquete que va a reventar el calzoncillo. Son tipo slips, negros. Muy sexy. Simón resigue con sus dedos suavemente la larga arma de Thiago que gime gozoso. Es una lanza larga cuya cabecita ya está saliendo. Thiago se la muerde, de la chupa y Thiago gime, gruñe de placer. Delicadamente va bajando el slip y se levanta ante sus ojos ese deseado y maravilloso instrumento. Se le presenta como si fuera una aparición. La boca de Simón devora la flauta de Thiago. Esa flauta y las bolas que la acompañan son "victimas" de los desesperados toqueos, mordiscos y chupadas del ansioso Simón . Ambos unen sus herramientas, se las tocan, se las pasan el uno por el pecho del otro. Thiago disfruta metiéndola entre el abundante pelo del torso de Simón . Resoplando de placer, Thiago se sienta ante Simón y se quita la ropa que le han quedado en los pies. Thiago se queda sentado en la tierra con las piernas abiertas mientras que Simón se sienta sobre de él clavandose esa dura lanza dentro de él. Los dos son dos fieras salvajes que se hieren de placer. Las manos de Thiago toquean el torso de Simón que jadea fuertemente.
--te amo... te amo --jadea Thiago que con sus manos sobre el trasero de Simón va graduando sus movimientos, ahora más lento, ahora más rápido, suave, brusco.
Gozan como bestias. El fuerte aullido de Thiago es un estruendo que rompe el silencio de la noche... Cae sobre la arena revolcándose de placer. Simón no le da tregua. Se lanzan sobre él. Lo penetra salvajemente mientras le jadea dulces palabras de amor:
--gracias por darme la vida, gracias por amarme de esta manera...
Simón le muerde en el cuello a Thiago feliz de saborear su cuerpo. El uno al otro se están entregando en cuerpo y alma sin límites. Unidos para siempre, Simón se siente vivo. Más vivo que nunca. Es un momento tierno y a la vez salvaje. Mientras golpea su cadera contra el trasero de Thiago Simón le murmura jadeando:
--cada día supera al anterior, mi vida a tu lado es un sueño...
Thiago no dice nada. Disfruta del momento. Unas lágrimas de felicidad asoman sus mejillas. Simón va taladrando a Thiago de una manera salvaje pero lo compensa con caricias y palabras de amor:
--has sido de un cuento de hadas para hacerme dichoso...
El uno ha recorrido el cuerpo desnudo del otro. El aliento del uno, sus caricias le hacen sentir un amor infinito. La noche es fría pero el fuego y la ardiente pasión de los jóvenes los calientan. Simón explota. Es un volcán erupción como nunca en la historia. Jamás se había sentido así. Ambos sienten el uno hacia el otro una pasión arrolladora y un amor infinito que unidos hacen una mezcla brutal. Agotados y rotos de placer pero muy felices. Miran el fuego, la luna que han sido testigos de su primera noche de amor. No pueden hablar. Están reventados de placer. Apenas tienen fuerzas, con un hilo de voz Simón le dice que lo ama como nunca ha amado a nadie y que sabe que él lo ama de la misma manera. Mirando la luna y las estrellas, desnudos, cubriéndose con el cuerpo del otro van quedándose dormidos mientras la noche consumo el fuego. Los despierta el amanecer. Los rayos del sol caen sobre ellos.
--¿Son manías mías o el sol luce más bello que nunca...? --Simón .
--Está contento porque nos amamos, porque somos felices... --Thiago.
Se miran medio dormidos pero felices. Sienten que el sol está saliendo sólo para ellos.
--Me siento el dueño del sol... --dice Thiago.
Simón lo mira sonriendo.
--que cosas dices --murmura.
--Esto también lo oí en una película.. -confiesa.
Se acarician las manos. Se miran enamorados.
--que rollo volver a la realidad...
Thiago lo besa.
--¿recuerdas que estoy solo en casa y hasta el miércoles no tenemos clase?
Cuatro días solos viviendo un sueño interminable.
--¿es posible? --pregunta Simón .
Tanta felicidad le parece mentira.
--Te llevo a tu casa... Agarras algo de ropa aunque no te hará falta a penas --mirada pícara de ambos--, les dices lo que quieras a tus padres y nos vamos de luna de miel... a mi casa...
Lo de luna de miel lo ha dicho con algo de ironía aunque ambos lo sienten así.
--En tu casa, en el Caribe, es el paraíso porque estás tú...
Cada palabra de uno es una flecha llena de amor para el otro. Se visten entre besos y caricias ante la mirada pícara del otro. Les gustan contemplar su desnudez a la luz del día.
--¿y qué vamos a hacer con todo esto? --dice Thiago señalando las rosas, las antorchas.
--Lo escondemos... ya quedé con Carlota... al rato viene al recogerlo...
--Carlota... siempre Carlota... Es nuestra ángel de la guarda --murmura feliz.
Se vuelven a subir en la moto.
--¿a que ya no tienes tanto miedo? --le dice Thiago feliz.
Simón lo mira enamorado:
--a tu lado no tengo miedo...
Se miran se besan, se aman. La moto los aleja de la montaña y los acerca a la ciudad. Les entristece dejar ese lugar en el que tan feliz han sido pero saben qué van a volver. Siempre será su montaña. La tristeza deja paso a la felicidad de pensar que les queda aun cuatro días para disfrutar a solas. Es un sueño para ellos pensar en un día y otro y seguir juntos, sin separarse ni un instante. No quieren perder ni un segundo. Thiago espera con la moto encendida, Simón pone algo de ropa en una mochila, le dice a su madre que se va a pasar unos dias con unos amigos y ya está. Thiago lo espera con amor. Simón sube en la moto.
--¡comienza nuestra luna de miel¡ --grita Thiago.
Simón lo siente así. Siente como si el cielo lo hubiera casada con Thiago, son uno solo. No desean separarse y almenos durante cuatro días no tendrán que hacerlo. Entran en la casa contentos.
--¿no debería entrarte en brazos? --Thiago con ironía.
--No seas payaso no puedes conmigo... En todo caso yo debería tomarte en brazos a ti --divertido.
--pero es mi casa... --protesta Thiago.
Pese a las protestas de Simón , Thiago trata de agarrarlo en brazos y caen los dos pero se ríen y se besan.
--es un sueño estar contigo --le susurra Simón enamorado.
--No, es la realidad --le dice Thiago antes de fundirse de nuevo con él.



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