miércoles, 5 de mayo de 2010

capitulo 16



Simón y Thiago han vivido un fin de semana casi de luna de miel. Con la nueva semana comienzan las clases. Un nuevo curso. Los dos tienen claro que no desea que eso afecte a su rutina de amor. Simón es el primero en llegar. Reconoce el auto de la madre de Thiago. La mujer ayuda a salir a su hijo. Simón se le acerca corriendo y Thiago le sorprende con una rosa.
--¿y esto?
Después de tantos regalos ya no se esperaba nada más. Con mucho amor, Thiago le dice:
--Esto es para demostrarte que así van a ser todos los días del resto de nuestras vidas... Hagamos lo que hagamos...
--Me estás malcriando... --dice Simón guiñándole el ojo.
--todo es poco para ti...
Simón acaricia a su chico con cariño y le agradece ese y todos los detalles que ha tenido con él con un enamorado beso que Thiago recibe bien contento.
--eres lo mejor que me ha pasado... --Dice Simón muy enamorado-- eres único, nunca me habían querido así...
La joven pareja no se ha dado cuenta que Emilio está detrás de ellos y los ha escuchado. Las palabras de Simón son una puñalada para él. Se tropieza con su mismo pie y cae.
--que te pasó amigo? --le dice Thiago amable.
Simón mira a Emilio con tristeza:
--estás bien?
Emilio se levanta avergonzado. En los ojos de Simíon ha visto amor, odio anora hay comopasión. Ese sentimiento tampoco le gusta. No le contesta y se va corriendo a clase. Era reacción deja a Thiago sorprendido:
--vaya, que amargado... pobre tio... ¿es siempre así o le ha ocurrido algo?
Simón siente tristeza por Emilio pero ya ve tan lejano todos esos días de felicidad con Emilio.
--No lo sé...
No quiere pensar en el pasado. Mira a Thiago y se le olvida todo. Llegan a la clase bien contentos. Se sientan en el final. Emilio, desde su sitio, contempla la felicidad de la pareja con amargura:
--me olvidó... ahora tiene a alguien que lo merece más... una relacion de igual a igual de la que nadie se burlaria... hacen linda pareja --dice para sí llena de amargura.
Simón y Thiago no tienen ojos sino para el otro. A penas atienden en clase. No hablan pero no dejan de mirarse. Una profesora le dice a Thiago que, por la pierna rota, debería sentarse en primera fila.
--No, ya estoy bien aquí...
--Ya me imagino... lo digo por los demás... estarán más comodos sin tu silla para la pierna molestando...
Thiago se queda callado. No sabe qué decir. Simón y Thiago se miran preocupado. No desean estar separados ni un instante y menos en clase pudiendo estar juntos.
--estamos bien --dice Simón .
La profesora deja el tema. Simón pone su mano sobre la pierna de Thiago y le susurra:
--en todo caso yo me quedaría contigo.
A Emilio le atormenta esa complicidad entre la pareja, esa manera de Simón de defenderlo. Simón y Thiago comparten las mismas asignaturas así que pasan la mañana juntos que es algo que a ambos les encanta. Simón se queda a su lado si tienen que subir escaleras, le ayuda llevándole las cosas.
--En las tardes que no tenemos clase puedes venirte a mi casa... ¿te dejarán? --Thiago.
--si claro...
--Supuestamente podemos decir que vamos a hacer los deberes juntos...
--¿supuestamente? --dice Simón guiñándole el ojo pícaro.
Los dos se miran seductores:
--si, lo que me apetece es pasar toda la tarde encerrado contigo en mi cuarto y besándonos...
--Me encanta este plan...
Los dos se miran cariñosos y se besan ardientemente.

Esa tarde la pasan juntos. Simón se presenta después de comer y quedan que se irá antes de la hora de la cena. Se aman y desean pasar el máximo de tiempo juntos. Abrazados en la cama Thiago le muestra una revista de motos.
--esta es la que me quiero comprar... La otra quedó inservible...
--pues fue una suerte que sólo te rompieras la pierna... ¿y tus padres te dejan que sigan montando?
--Mi viejo sí, por él ya la tendría. Me deja hacer lo que quiera... mi vieja no. No quiero que me la compre...
--¿y entonces?
--Siempre se hace lo que dice el viejo... No me niega nada --dice con una sonrisa traviesa.
Simón le sonríe con cariño. Thiago mira las fotos de la moto emocionado.
--me encanta montar en moto... ¡ya lo hecho de menos¡ ¿y tú?¿no te dejan tener moto?
--Pues no me gusta ir en moto...
--¿¿en serio? --sorprendido.
Simón sonríe timido.
--Pues cuando yo esté bien de la pierna no te escapas... Tenemos que montar juntos...
Simón no dice nada. Se sonríen y continuan besándose. Se despiden en la noche. Se tumban el uno pensando en el otro. Con el aroma del uno impregnado en la piel del otro. Cierran los ojos y sienten los labios, las caricias del otro. Ambos tienen deberes por hacer que no han hecho pero a ninguno de los dos les apetece hacer algo que no sea disfrutar de su amor.


Simón es un hombre feliz al lado de Thiago. Mientras Tacho se ducha, Simón , afeitándose, le cuenta lo que ha sido su primera semana juntos.
--Nunca pensé sentirme así...
--te piensa seguir regalando rosas todos los dias? vamos a tener que montar una floristeria...
Simón sonríe:
--es increible que el chico te ama sea así, que se desviva por ti. Ni un sólo día me ha faltado la rosa... y cuando me mira y me sonríe...
Siente escalofrios de pensarlo.
--¡es que me deslumbro¡
Tacho lo va escuchando con interés mientras va aclarando de jabón su cuerpo:
--¡y encima es guapo¡
Sí es muy guapo, pero eso es lo de menos.
--Su belleza, la belleza de la flor, la belleza de su alma... Es que hace que cada momento sea especial. Incluso ir a clase...
Tacho tiene los ojos cerrados. Sonríe.
--¡eso sí es amor¡ --dice divertido.
Simón suspira enamorado y dice:
--No quiero separar de él nunca...
Tacho sale de la ducha todo mojado. Pone su hombre sobre la mano de su primo y le dice:
--Te juro que lo que más quiero es que seas feliz... Cuenta conmigo para lo que quiera...
Simón se lo agradece pero:
--Thiago y yo nos amanos... No necesitas ninguna ayuda más...
Thiago lleva a Simón en su piel, en su sangre. Ni quiere ni sabria vivir sin él. Suerte que ya llega el viernes y tienen todo el fin de semana para ellos...

El viernes por la tarde, Simón llega como siempre a cada de Thiago. No parece que haya nadie.
--¡Thiago¡
Lo recibe Carlota.
--Yo me tengo que ir... mi niño te espera en su habitación...
Simón entra tranquilo pero de repente se da cuenta que toda la escalera está llena de claveles de colores. Uno por escalón y bajo cada escalón un verso de poemas de Pablo Neruda.
--que loco.... --murmura Simón emocionado.
Ya está aprendiendo que al lado de Thiago se puede esperar cualquier cosa. Simón lee toda esa improvisada antología de poemas que le ha ofrecido Thiago a él. Al llegar a la planta de arriba, también hay un caminito de poemas que lo llevan hasta el cuarto de Thiago. Simón entre cargado de claveles y versos. Está emocionado y ansioso. Sobre la cama está tumbado Thiago. Con un clavel en cada mano y otro más en la boca. Simón se le ríe.
--Eres un loco...
Deja las flores y los versos sobre la cómoda. Agarra los dos claveles que Thiago tiene en las manos. Luego se sube en la cama.
--eres un loco... un loco divino --le dice con amor antes de sacarle la tercera flor con su boca.
Thiago le guiña el ojo:
--¿te gustó mi regalo por nuestra primera semana juntos?
Simón le sonríe, deja la flor en el piso y luego se besan y se funden el uno en brazos del otro. Hay más amor en esos dos jóvenes que en todos aquellos versos.

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