miércoles, 5 de mayo de 2010

capitulo 40






La vida sigue igual para Simón. Ya han pasado cuatro meses desde la muerte de Thiago. Deja unas rosas junto a Carlota en su tumba.
--ya hace cuatro meses que me dejaste --dice Simón llorosos.
Lo recuerda con dolor, con nostalgia, con angustia. Carlota lo besa con cariño.
--Mi niño no te abandonó... no fue su decisión... por algo pasan las cosas... Verás como la vida tiene reservado algo bueno para ti.
Simón ni lo cree, ni lo desea.
--La vida me dio lo más bueno que le pueda dar a una persona... conocerlo a Thiago y como me lo dio... Me lo quitó..
Simón llora amargamente entre los brazos de Carlota que tampoco sabe como ayudarlo.

Sus visitas al cementerio y al psiquiatra son las únicas veces en las que sale Simón. Se siente apagado y sin fuerza. Encerrado en su habitación, hablándole a la foto de Thiago. Recordándolo. Así van pasando los días. La amargura y la soledad son ya sus fieles compañeras.
--ocho meses, mi príncipe, hoy hace ocho meses que nos conocimos...
Sus ojos se llenan de lágrimas recordando minuto a minuto esos momentos.



Emilio siempre ha sido muy flojo para el deporte y al principio le ha costado mucho pero el pensar que lo está haciendo como demostración de amor hacia Simón es lo que le da fuerza. Además a medida que se empiezan a notar los cambios. No ha vuelto a ver a Simón pero Tacho está muy pendiente de él. Esté acostumbrándose a las lentillas. Sale de la ducha. Nunca le ha gustado mirarse y ahora en cambio disfruta con el cambio que ha dado su cuerpo. Se pone las gafas para verse bien. Han pasado seis semanas desde que comenzó el reto de amor. Le están apareciendo músculos que ni sabia que existían y eso lo anima. Piensa muchas veces en la cara que pondrá Simón cuando se entere todo lo que está haciendo por él.
--¿será que en serio es posible un futuro juntos para nosotros?
Esa ilusión domina su rostro. Esa esperanza y el placer que le causa verse así mismo guapo lo anima a esforzarse más día a día. No tienen mucho tiempo. Tacho está viendo como día a día su primo se va hundiendo y le urge poder presentarle un chico guapo que lo ame y Emilio es la única opción que tiene posible. Sabe que Simón lo ha querido mucho y está seguro que Emilio es el único que puede hacer que vuelva a creer en el amor.

A Simón no le gusta mucho salir de casa. Le duele ir al cementerio. Se le parte el alma al ver la tumba de Thiago pero en fechas señaladas no quiere dejar pasar ese día sin depositar sobre su tumba una rosa tal y como durante semanas le estuvo regalándole él. Carlota va con él. Le informa de cuando no corre peligro de encontrarse con alguien y además a los dos les gusta hablar. Recordar a Thiago, las locuras de amor que se le ocurrían y como Carlota siempre lo ayudaba. Sus conversaciones son del tipo: "Recuerdas cuando se disfrazó de Sireno?" "si, ¡que loco¡" Y ríen y a la vez lloran. Esa día depositan sus rosas. Carlota un centro. Él le ha traído seis. Suelta, una sobre la otra. Una por cada mes de su ausencia. Son ya seis meses desde la tragedia que marcó y cambió para siempre la vida de Simón. No cree que nunca pueda superarlo. No lo quiere repetir en voz alta para no angustiar a los que le quieren pero le duele que no se lo haya llevado con él. Le gustaría poder estar junto a él sea donde sea, pero juntos por toda la eternidad. Desayunan en una cafetería céntrica. Carlota le toma de la mano.
--yo te veo muy mal... ¿te tomas las pastillas?
Con amargura, Simón dice:
--si, me tienen drogado. Aunque es mi madre quien me las da. No se fía que no me las tome toda.
Y muchas veces le vienen ganas. Carlota es muy maternal con él:
--tienes que animarte, abrirte a la vida. Al amor... Con lo guapo que eres no me creo que no haya nadie quien te haya echado el ojo... Mira bien y verás como encuentras...
--el amor se fue con Thiago y no volverá más --Simón muy triste.
A Carlota le parte el alma ver que cada día está peor.


Tímidamente el cuerpo de Emilio se van moldeando semana a semana. Con la transformación Emilio está perdiendo su timidez de mostrarse desnudo ante los otros chicos. Se siente seguro de su cuerpo y empieza a ducharse con los otros chicos. En alguna ocasión coincide con Tacho que queda sorprendido del espectacular cambio que está haciendo Emilio. Le parece ver deseo en los ojos de Tacho pero
--no, no puede ser --piensa Emilio-- Tacho me está ayudando por Simón jamás se fijaría en mí. Tacho está siendo el primero en comprobar el cambio que está dando Emilio en todo su esplendor y le gusta. Además han pasado demasiadas horas juntos enseñándole a moverse como él, eligiendo ropa con la que resaltar su recién descubierta belleza, enseñándole a peinarse de una manera más moderna... Se prueba ropa con la ayuda de Tacho. Camisa sin mangas, pantalones cortos y ceñidos.
--En cuanto Simón te vea tan guapo no podrá resistirse a ti...
Emilio vibra de emoción.
--¿crees que le gustaré?
Tacho no puede ocultar el deseo que siente en ese momento.
--¡pero sí me gustas hasta mí...¡
Emilio se lo toma a broma pero Tacho lo quiere besar. Le gusta, lo desea. Es su obra y desea disfrutarla.
--no... --dice Emilio apartándose.
Tacho le guiña el ojo. Sabe que es atractivo y no ve porque no pueda seducir a Emilio. Le guiña el ojo. Le habla sensualmente:
--solo seria diversión, parte del entrenamiento, te puedo convertir en un experto en el sexo. Yo le enseñé a Simón todo lo que sabe del sexo y te lo puedo enseñar a ti, así os vais a entender mejor... Sé lo que le gusta, lo que le hace enloquecer.
Emilio ha cambiado por fuera, ha ganado seguridad. No tiene traumas con su cuerpo, con que lo vean desnudo pero no han cambiado sus valores, su forma de ver la vida.
--para ti es diversión para mi el sexo es amor... soy virgen...
Tacho se le ríe.
--El Emilio de antes era lógico que fuera virgen pero tú no puedes seguir siendo virgen ni un día más... Es ridículo. A tu edad y con ese cuerpo, no vas a ir a ningún sitio siendo virgen...
Lo mira seductor:
--la vas a pasar bien conmigo... Será la última lección de tu transformación.
--Para mi el sexo es algo muy mío, algo que no quiero hacer con cualquiera...
Tacho frunce el ceño pero tampoco lo quiere presionar.
--pero mi primo aun no está preparado, no puedes esperar... NO tienes nada con él, Simón esta vez no te reprochará nada.
Emilio nunca pensó que sería un chico atractivo y Tacho lo quisiera seducir pero no quiere renunciar a sus sueños de amor, a su sueño de que su primera vez sea con un príncipe y Simón es ese príncipe.
--es que mi sueño es que él sea el primero...
Tacho no puede entender que siendo Emilio guapo y libre no quiera divertirse antes de iniciar una relación con Simón en la que es posible que el sexo tarde pero a Emilio no le importa.
--¿y si no se anima nunca.,.,?
--pues ni modo...
Tacho le guiña el ojo
--siempre me puedes llamar... No te puedes quedar virgen para siempre.
--Sólo lo haré por amor...
Tacho no puede entenderlo pero se resigna a no probarlo. A Emilio le preocupa que Tacho haya hecho todo eso para cobrarse después en carne:
--espero que no hayas...
Tacho no lo deja seguir. Sabe lo que le preocupa :
--no, lo hago por mi primo pero una cosa no quita a la otra...
Emilio está ya preparado para su encuentro con Simón. Tacho lo invitar a una cafetería mientras hablan de eso.

Tacho se ha llevado a Simón a la playa casi a arrastras.
--ya, cambia esa cara...
--Es que no tenia que haber venido...
--relájate, te hará bien...
Tacho se queda en bañador, Simón se tumba en la arena. Con camiseta y pantalones cortos.
--alguien te quiere dar una sorpresa... No puedes ni imaginar lo que Emilio ha hecho por ti...
Sin levantarse, Simón abre los ojos sin ningún interés.
--¿y ahora qué pasa?
Se queda boquiabierto con lo que ve. Tacho sonríe satisfecho al ver que lo ha impresionado.
--Está guapo ¿no?
Emilio en bañador, muy sexy. Con un caminar coqueto que recuerda al de Tacho. Algunas miradas se centran sobre el ex feo pero ya no son miradas de burlas sino de deseo. Emilio va hacia él. Tacho agarra del brazo a su primo para que se levanta y le dice:
--¡venga que ese macho es tuyo¡
Tacho se tira al agua. Simón se queda mirando a Emilio sorprendido. Le cuesta reconocer en ese guapo al Emilio que conoció. Emilio ha cambiado por fuera pero no por dentro. Se pone muy nervioso al estar frente a Simón y tartamudea al saludarlo, al preguntarle cómo estás. Simón se da cuenta que bajo el disfraz de guapo está el mismo Emilio que conoció. Nunca pensó que Emilio fuera de los que se esfuerzan por tener un buen cuerpo.

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